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Ecografías durante el embarazo

Las ecografías del embarazo permiten conocer el estado de salud del futuro bebé, controlar su desarrollo, así como conocer su sexo antes del nacimiento. Generalmente, en embarazos de bajo riesgo, se realizan tres ecografías, una en cada trimestre de gestación, aunque depende del centro y de cada caso, por lo que el número puede variar. ¿Quieres saber en qué consisten y qué importancia tiene cada una de ellas? Te lo contamos a continuación. 

¿En qué consiste una ecografía?

Una ecografía es una prueba que proporciona imágenes de los órganos y estructuras internas del cuerpo. Para conseguirlo, el ecógrafo emite unas ondas sonoras llamadas ultrasonidos que, al impactar en órganos y tejidos, producen un eco que se interpreta y traduce en imágenes. Gracias a las distintas densidades de los órganos y tejidos, podemos diferenciarlos visualmente en la imagen que se emite en el visor.

Durante el embarazo, las ecografías permiten obtener imágenes del interior del útero y del feto, algo que resulta clave para aspectos tan importantes como evaluar su desarrollo, su anatomía y también para descubrir el sexo del bebé antes de su nacimiento. 

Ecografía del primer trimestre

La ecografía del primer trimestre puede realizarse entre las semanas 11 y la 14, siendo lo más frecuente hacerla en la semana 12. 

Esta ecografía, en los últimos años, ha pasado a considerarse una de las más importantes del embarazo debido a que se realiza la medida del pliegue nucal o translucencia nucal, uno de los tres parámetros que se utilizan en el cribado combinado del primer trimestre o triple screening. Esta prueba permite calcular el índice de riesgo que tiene el feto de presentar alteraciones cromosómicas como el síndrome de Down

En nuestro artículo Resultados y fiabilidad del cribado del primer trimestre, ¿existen otras opciones? puedes ampliar información sobre esta prueba.

Además de medir el pliegue nucal, en la ecografía del primer trimestre también se observan varios aspectos del embarazo, entre otros: 

  • Se confirma que el embarazo es viable, identificando el latido cardiaco así como que el embrión se ha implantado correctamente en el útero, y que por tanto no se trata de un embarazo ectópico por estar implantado fuera del útero, como por ejemplo en las trompas de Falopio.
  • Se comprueba el número de embriones, para determinar si se trata de un embarazo único o múltiple, ya sean gemelos o mellizos. Si quieres saber más sobre este tema, te recomendamos leer nuestro artículo Descubre la diferencia entre gemelos y mellizos, ¿qué hay de cierto en su heredabilidad?
  • Se realiza la medición de la longitud craneocaudal (CRL, por sus siglas en inglés), que permite establecer la edad gestacional.
  • Se realiza una revisión general con el fin de identificar la existencia de alguna posible patología uterina.
  • Exploración anatómica. Si bien es durante la ecografía del segundo trimestre cuando se realiza un estudio más exhaustivo de la morfología del feto, el avance tecnológico permite realizar una exploración anatómica del feto.  

Ecografía del segundo trimestre

La ecografía del segundo trimestre, también conocida como ecografía morfológica, se realiza de forma idónea en la semana 20, aunque puede realizarse desde la semana 18 hasta la semana 22. En esta ecografía se revisan los siguientes aspectos: 

  • Confirmación de la vitalidad fetal (latido cardíaco fetal).
  • Cantidad de líquido amniótico y evaluación de la placenta que permite descartar que haya placenta previa, por ejemplo.
  • Evaluación exhaustiva de la anatomía fetal.
  • Valorar el crecimiento fetal en base a la edad gestacional que se estableció con la ecografía del primer trimestre.
  • Se vuelve a realizar una revisión general con el fin de identificar la existencia de alguna posible patología uterina.

La realización de la ecografía durante este periodo se debe a que el feto ya ha desarrollado prácticamente todos sus órganos vitales, por lo que como hemos mencionado, en la ecografía del segundo trimestre, se lleva a cabo un estudio morfológico detallado del feto, que permite detectar algunas de las posibles alteraciones tanto anatómicas como de órganos internos que pudiera presentar. De manera general, las estructuras que se observan en esta ecografía son: 

  • Sistema nervioso central: fosa craneal posterior, tálamo, ventrículos cerebrales, fórnix, cuerpo calloso, fisuras observables en ese momento, cerebelo, y cisterna magna.
  • Tracto gastrointestinal: intestino, estómago, hígado y vesícula biliar.
  • Sistema esquelético: columna vertebral y huesos de extremidades superiores e inferiores (brazos y manos, piernas y pies). 
  • Tórax: diafragma, pulmones. 
  • Sistema cardiovascular: corazón, presencia de las 4 cámaras cardíacas y grandes arterias.
  • Cara: labios, paladar, mandíbula, nariz, fosas nasales, labios y órbitas y cristalinos oculares. 
  • Aparato genital y urinario: riñones, vejiga y genitales. En esta ecografía ya es posible conocer, salvo excepciones, el sexo de feto. 

Hay que apuntar que existen determinadas malformaciones que no pueden observarse en la ecografía del segundo trimestre: algunas porque no son detectables mediante ecografía y otras porque puede que no se hayan desarrollado aún.

También hay que señalar que algunas circunstancias pueden dificultar la realización de la ecografía del segundo trimestre, entre las que destacamos: 

  • Postura del feto que impide observar claramente sus estructuras. 
  • Poco líquido amniótico, que dificulta la visualización de los órganos.
  • Tejido graso abundante en la pared abdominal de la madre, que dificulta la llegada de los ultrasonidos.

Ecografía del tercer trimestre 

La tercera ecografía que se realiza en el embarazo tiene lugar entre las semanas 32 y 36.

La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) recomienda su realización sistemática a todas las mujeres embarazadas, pues según varios ensayos clínicos parece mejorar el resultado perinatal.

Esta ecografía del embarazo no está tan enfocada al diagnóstico de alteraciones morfológicas  como la del segundo trimestre, ya que su visualización en este momento es más complicada debido al tamaño del feto y la menor cantidad de líquido amniótico. Sin embargo, existen algunas alteraciones morfológicas tardías como la microcefalia o la obstrucción gastrointestinal que, en ocasiones, pueden pasar desapercibidas en la ecografía del segundo trimestre, de ahí la importancia de realizar una revaloración de la anatomía fetal en esta ecografía. 

El objetivo principal de la ecografía del tercer trimestre es valorar el tamaño del feto y su bienestar. En concreto, los principales parámetros estudiados son: 

  • Determinar el crecimiento del feto y su vitalidad.
  • Se vuelve a realizar una valoración de la anatomía fetal.
  • Estimar en gramos el peso fetal estimado, para lo cual se utilizan distintas longitudes del feto. 
  • Observar la posición del feto, algo determinante en el parto. Aunque hasta que llegue ese momento el feto puede cambiar su posición, si en la ecografía no se encuentra boca abajo apoyando su nuca en la parte delantera de la pelvis, puede considerarse la realización de una cesárea. 
  • Evaluar la cantidad de líquido amniótico y posibles anomalías en la localización de la placenta.

¿Qué pasa si el especialista detecta alguna anomalía?

Encaso de que el especialista indicara la presencia de una anomalía fetal, generalmente serán necesarias pruebas adicionales. Según el tipo de alteración se realizarán unas pruebas u otras, entre las que pueden encontrarse las siguientes: 

  • Seguimiento de la alteración con sucesivas ecografías.
  • Análisis de parámetros bioquímicos específicos.
  • Otras pruebas de imagen más específicas (electrocardiograma fetal).
  • Realización de una técnica invasiva (amniocentesis o biopsia de vellosidades coriales) para realizar pruebas moleculares diagnósticas. 

Como has visto, las ecografías durante el embarazo son fundamentales, pues además de permitirnos controlar el desarrollo del feto y saber su sexo, sirven para descubrir la presencia de posibles anomalías. Las ecografías nos permiten detectar algunas malformaciones morfológicas y determinan uno de los parámetros que se utilizan en el cribado del primer trimestre. Sin embargo, hoy en día, gracias al avance de la ciencia, disponemos de herramientas más eficaces que el cribado del primer trimestre, que nos permiten conocer desde las primeras semanas de embarazo otras anomalías que pueden afectar al bebé. 

Se trata de los Test Prenatales No Invasivos (NIPT), que desde la semana 10 de gestación, a partir de una sencilla muestra de sangre materna, analizan el ADN libre de origen fetal, para establecer el riesgo de trisomías comunes y no comunes o pérdidas o ganancias de fragmentos de ADN que pueden cursar con retrasos cognitivos. Desde Veritas ofrecemos el test prenatal no invasivo más completo, myPrenatal. Si quieres más información, no dudes en contactar con nosotros. 

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