Cuestión de Genes

¿Qué ocurre en el último mes de embarazo/últimas semanas de embarazo?

El embarazo culmina con el parto, que, de manera general ocurre a las 37 semanas de gestación, lo que equivale a 9 meses y una semana. A partir de esta semana, se considera un bebé a término, es decir, que ha finalizado su desarrollo y está preparado para nacer. Sin embargo, en algunas mujeres el parto puede alargarse hasta las 42 semanas, a partir de la cual se hablaría de embarazo a postérmino, mientras que en aproximadamente en el 10% de los casos, se produce un embarazo a pretérmino, antes de las 37 semanas, en los que podría ocurrir alguna complicación si el bebé no ha finalizado su desarrollo.

En este artículo vamos a ver los últimos cambios que se producen entre las semanas 33 y 37, en las cuales tanto el organismo de la madre como el del feto se preparan para el momento del parto. Puede que estos cambios se produzcan antes o después, dependiendo de si tu embarazo es pretérmino o postérmino.

Cambios en el organismo del feto

Durante este último mes, el bebé se encuentra prácticamente desarrollado por lo que su aumento de peso será de unos 250 gramos a la semana, aunque es normal que disminuya en las últimas semanas antes del parto. En la semana 37, cuando el bebé ya ha llegado a término, pesa aproximadamente 3 kilogramos y mide unos 50 centímetros. A continuación, veremos qué le ocurre al feto durante estas últimas semanas. 

Cambio de posición 

En el 96% de los embarazos, el bebé comienza a prepararse para el momento del parto y uno de los cambios esenciales que se produce es su cambio de posición. El feto encaja su cabeza en el canal del parto, es decir, entre los huesos de la pelvis. Esto permite que la mayoría de los bebés nazcan mediante un parto vaginal. 

Aunque de manera general esto suele ocurrir en las últimas semanas, en algunas madres no primerizas, este cambio de posición puede ocurrir al inicio de las contracciones justo antes del parto.

Preparación de los pulmones

Durante este último mes las glándulas adrenales que se encuentran en los riñones comienzan a producir una mayor cantidad de hormonas corticoides. Estas hormonas son esenciales para que los pulmones puedan ejercer su función y el bebé respire desde el momento en el que nace. Debido a esta alta concentración de corticoides, es normal que el bebé comience a presentar movimientos respiratorios, aunque aún no haya aire en sus pulmones. 

Desarrollo de los órganos

A partir de la semana 33 casi todos los órganos están prácticamente desarrollados. Sin embargo, es a partir de la semana 34 cuando su oído comienza a reconocer sonidos familiares, sobre todo la voz de la madre. 

Además, a partir de la semana 35 el feto comienza a sacar la lengua, lo que es un instinto natural esencial para poder alimentarse una vez que nace. 

Crecimiento de las uñas

Las uñas del bebé acaban de formarse durante este último mes, pudiendo sobrepasar la yema de los dedos. Por ello, en algunas ocasiones los recién nacidos presentan pequeños arañazos en la cara o en otras partes de su cuerpo. 

Cambios en su piel

Durante el embarazo, su piel está cubierta de un vello muy fino que la protege denominado lanugo. Es durante estas últimas semanas cuando este vello comienza a desprenderse, de forma que los bebés comienzan a adquirir el tono de piel rosado que observamos al nacer. Además, en estas últimas semanas, comienza a formarse una pequeña capa de grasa debajo de su piel, esencial para que puedan mantener una temperatura corporal adecuada tras el parto. 

Cambios en el organismo de la madre

Ganancia de peso y molestias: 

Como hemos visto anteriormente, el feto apenas gana peso durante estas últimas semanas, por lo que el peso de la madre tampoco se verá aumentado en exceso. 

Además, la madre notará el cambio de posición del feto por diferentes motivos:  

En primer lugar, el cambio de posición hace que la tripa de la mujer se encuentre más baja. Mientras que la presión que podía sentir anteriormente en el estómago y el tórax desaparece, pudiendo sentir un alivio a la hora de respirar, desde que se produce el cambio de posición del feto es común que sienta una presión sobre la vejiga, ocasionando ganas de orinar con más frecuencia. Es importante tener en cuenta que sentir dolor o escozor al orinar no son molestias comunes, sino que pueden ser signos de infección urinaria, por lo que ante la presencia de cualquiera de estos síntomas es esencial acudir al especialista para evitar complicaciones. 

Este cambio de posición y el gran tamaño del feto hace que tenga menos espacio para moverse, por lo que puede que el bebé no de patadas o se mueva de la misma manera que en los meses anteriores. Sin embargo, a pesar de este espacio reducido, es esencial que la madre siga notando al bebé, ya que seguirá realizando pequeños movimientos. 

Síndrome del nido: 

Algunas mujeres en este último mes presentan el síndrome del nido, es decir, una necesidad persistente de ordenar y limpiar la casa o preparar con todo detalle la habitación del futuro miembro de la familia. Se trata de un instinto natural para tener todo preparado cuando el bebé llegue a su nuevo hogar. Sin embargo, en algunas ocasiones esto puede suponer demasiado estrés para la madre, por lo que es esencial buscar apoyo familiar y dejarse ayudar.

Varices y calambres:

Las varices y los calambres pueden ocurrir en cualquier momento del embarazo, sin embargo, en estas últimas semanas suelen ser más frecuentes. En general no presentan complicaciones, aunque si pueden causar una pesadez y dolor en las piernas, que es donde más aparecen. Algunos consejos para intentar prevenir su aparición son evitar el sobrepeso o descansar en una postura en la que las piernas se encuentren por encima de las caderas. Uno de los métodos más eficaces para evitar su aparición es realizar ejercicio durante el embarazo, que además puede mejorar otras patologías asociadas al embarazo. Si quieres saber más, puedes leer nuestro artículo Realizar ejercicio durante el embarazo: sus múltiples beneficios.

Contracciones de Braxton Hicks

Estas contracciones suelen comenzar unas 2 semanas antes del parto, no son dolorosas y se presentan a intervalos irregulares. Es esencial diferenciarlas de las contracciones del parto, que son dolorosas, regulares y su frecuencia va aumentando con el paso del tiempo. En el caso de presentar contracciones, es esencial controlar su frecuencia para determinar si es necesario acudir al hospital, ya que no en todos los casos se presentan este tipo de contracciones. 

Las contracciones de Braxton Hicks ayudan a preparar al organismo de la madre al parto, ya que promueven que el cuello uterino comience a dilatarse. 

Dilatación del cuello del útero

Cuando se produce la dilatación del cuello del útero, puede ocasionar la pérdida del tapón mucoso, una sustancia grisácea y densa en la que pueden aparecer pequeños hilos de sangre. Este tapón se encuentra en el extremo del cuello uterino y su principal función es proteger al feto, por lo que a partir de su pérdida se desaconseja darse baños o ir a piscinas, ya que además de provocar una mayor dilatación del útero, pueden ser un foco de infecciones que afectarían directamente al feto. La pérdida de este tapón no indica que sea el momento del parto, sino que este se acerca. 

Además, en algunas ocasiones esta dilatación del cuello del útero puede dar lugar a un pequeño y leve sangrado, que, aunque en la mayoría de los casos no es dañino, es esencial acudir al especialista para descartar cualquier complicación. 

Rotura de la bolsa amniótica

Esta rotura se conoce coloquialmente como “romper aguas”, y es el indicio de que el momento del parto ya ha llegado, por lo que habrá que acudir al lugar donde hayas planeado dar a luz. De manera general, una vez que la bolsa amniótica se ha roto, comenzarán las contracciones de manera intensa y dolorosa.  

Sin embargo, en aproximadamente el 15% de los embarazos se produce una rotura de la bolsa amniótica y no se presentan contracciones, lo que se denomina rotura prematura de membranas. Esto puede suponer un riesgo de infección para el bebé, por lo que, si tras 12 horas desde la rotura no se ha producido una dilatación, generalmente será necesario inducir el parto. 

Las últimas revisiones

Durante el embarazo es esencial que las madres acudan a todas las revisiones médicas para asegurarse de que el embarazo no presenta complicaciones. Durante el último trimestre, las revisiones se realizan con mayor frecuencia y es esencial que en ellas las madres resuelvan todas sus dudas o miedos.

Entre las semanas 35 y 37 se realiza un exudado vaginal, además de pruebas hematológicas, comprobando que la madre no presente ninguna infección que pudiese ser perjudicial para el bebé. Además, en el caso de existir alguna infección, es esencial conocerlo de antemano para tomar las medidas adicionales que fueran necesarias durante el parto, como por ejemplo el uso de antibióticos.  

La última ecografía suele realizarse entre las semanas 34 y 36, aunque en algunas ocasiones puede realizarse otra antes del parto. 

En cuanto a la monitorización fetal, según las Directrices de la Sociedad Española de Obstetricia y Ginecología en los embarazos de bajo riesgo no es totalmente necesaria, por lo que será el especialista quien decida en cada caso que tipo de monitorización fetal se realizará. 

En este último mes de embarazo pueden aparecer preocupaciones y miedos ya que un nuevo miembro de la familia está a punto de llegar. Desde Veritas, apostamos por un cuidado proactivo de la salud, ofreciendo distintas pruebas genéticas con las que poder tomar decisiones informadas acerca de tu salud y la salud de los más pequeños. Para los recién nacidos, Veritas ofrece myNewbornDNA, un complemento perfecto a la prueba del talón que estudia más de 300 enfermedades pudiendo ofrecer a tu hijo un cuidado médico personalizado desde el nacimiento. Si quieres saber más, no dudes en contactar con nosotros

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1 comentario

Lorena

30 abril, 2022 3:22 am

Gracias por todo lo q enseñan sobre el embarazo