Cuestión de Genes

¿Qué tiene que ver la piel atópica con la genética?

¿Sufres de piel atópica o tienes algún caso cercano? No es de extrañar, se trata de una enfermedad bastante común que generalmente se presenta en la infancia y que se manifiesta con síntomas como eccema, inflamación o prurito. Se trata de una patología multifactorial en la que intervienen diferentes factores como genéticos, ambientales e inmunológicos, entre otros. En este artículo te lo explicamos y, además, te damos algunos consejos para que puedas paliar sus síntomas. 

La piel: funciones del órgano más grande del cuerpo 

Como ya vimos en el artículo Cuidados básicos de la piel sensible, la piel es el órgano más extenso del cuerpo humano y está formada por 3 capas: la epidermis (la más externa), la dermis (intermedia) y la hipodermis (la interior). Su función principal es actuar como una barrera de protección ante agentes externos de diversa índole, como las radiaciones ultravioleta, el calor o el frío, los elementos químicos o microorganismos. Además, también sirve para regular la temperatura corporal, impedir la pérdida de agua, sintetizar vitamina D y nos permite percibir texturas, temperaturas, presión y el dolor, gracias al sentido del tacto

¿Qué es la piel atópica o dermatitis atópica?

La piel atópica, también denominada dermatitis atópica, es una enfermedad inflamatoria de la piel de tipo crónico que se caracteriza por los siguientes síntomas: 

  • Prurito severo: el picor intenso es uno de los síntomas más característicos de la piel atópica.
  • Piel extremadamente seca (xerosis cutánea), áspera al tacto y muy deshidratada.
  • Manchas rojas con pequeñas ampollas que al ser rascadas liberan líquido y generan una costra.
  • Enrojecimiento o eritema, principalmente en manos y pies, cuello, codos, rodillas y párpados. 
  • Piel escamosa y muy engrosada alrededor de las articulaciones.
  • Presentan infecciones frecuentes porque la piel no puede ejercer su función de barrera protectora. 

La dermatitis atópica se manifiesta en forma de brotes, es decir, se alternan episodios en los que los síntomas aparecen de forma más evidente y molesta, con otros de mejoría en los que estos se mitigan.

Situación actual de la piel atópica 

La piel atópica es la enfermedad inflamatoria crónica de la piel más común y recurrente en los niños de todo el mundo. La prevalencia varía en función de la zona geográfica, aunque de manera global se acepta una prevalencia del 10-20% en edad infantil y del 1-3 en adultos.

Un reciente estudio sugiere que el aumento podría estar relacionado por factores ambientales, como la estacionalidad y el clima, así como el estilo de vida en individuos genéticamente predispuestos. El estudio concluye que los factores ambientales que podrían afectar el desarrollo de la piel atópico son la estacionalidad y el clima, ya que su incidencia era mayor en invierno y primavera, y aumentaba en años más fríos.

El aumento de los casos de esta enfermedad se ha relacionado con la exposición a agentes contaminantes, ya que la incidencia es más alta en las áreas urbanas en comparación con zonas rurales.

En el 60% de los casos la piel atópica se manifiesta por primera vez antes de los primeros seis meses de vida, con la aparición de manchas rojas en el rostro y en las manos. La enfermedad progresa en forma de brotes periódicos durante dos años aproximadamente, pudiendo interferir con la vida cotidiana de los niños, como por ejemplo interfiriendo con la calidad del sueño, debido al intenso picor que producen. 

La piel atópica se presenta con más frecuencia en personas con historia personal o familiar de enfermedades atópicas. Las enfermedades atópicas incluyen, además de la piel atópica, la rinoconjuntivitis y el asma. De hecho, hasta el 80% de los pacientes con dermatitis atópica, pueden desarrollar otra enfermedad atópica.

Es recomendable que, aunque no haya una manifestación de estas patologías en el recién nacido, se tomen medidas para impedir que aparezca en caso de que existan antecedentes familiares, ya que hasta el riesgo de presentar piel atópica es 2-3 veces mayor si tienen un progenitor atópico y 3-5 veces mayor si ambos lo son.


El pronóstico de la dermatitis atópica, en general, es favorable.  El 50% de los casos de piel atópica desaparece alrededor de los 3 años de edad, y hasta el 75% lo hace antes de la adolescencia. En algunos casos persiste durante toda la vida, pero los síntomas pueden ser controlados con un manejo apropiado. 

¿Qué causa la piel atópica?

La piel atópica es una enfermedad compleja de carácter multifactorial, es decir, su desarrollo está causado por la combinación de diferentes factores ambientales, inmunológicos y genéticos.


Por lo tanto, aunque la predisposición genética es un factor fundamental a la hora de desarrollar piel atópica, no es suficiente por sí misma, ya que tienen que intervenir también elementos externos como pueden ser los hábitos de alimentación o la contaminación del aire en zonas urbanas, por ejemplo.

Las pieles atópicas y su relación con la genética

¿Y qué influencia tiene la genética en la aparición de la piel atópica? Pues bien, existen determinadas variaciones genéticas que afectan a la capacidad que tiene la piel para servir de barrera protectora, (que como explicamos antes es su función principal). De este modo, la piel atópica es vulnerable a las agresiones externas y a infecciones provocadas por el propio rascado de las uñas. Esto desencadena un proceso conocido como ciclo de la piel atópica, en el que los propios síntomas pasan a ser factores desencadenantes. 

En algunos casos se ha observado que la piel atópica puede estar originada por mutaciones en un solo gen. Ciertos estudios señalan que el gen FLG tiene una asociación más alta a esta patología. Este gen codifica para la profilagrina, precursor de la filagrina, proteína que desempeña un papel fundamental en la estructura de la epidermis, y en el papel que esta tiene como barrera protectora. 

Si el gen FLG está alterado, contribuye a que aparezcan enfermedades alérgicas como la dermatitis atópica, ya que la función protectora de la piel queda afectada. 

Como hemos visto, cuando un progenitor tiene piel atópica, las posibilidades de que sus hijos también la padezca son de aproximadamente un 30%. En el caso de que ambos padres estén afectados, estas aumentan hasta el 70%. 

Aunque, como ves, la genética influye mucho en la aparición de la piel atópica, no debemos olvidar que es una enfermedad multifactorial, y por tanto en su desarrollo también interviene la exposición a ciertos factores ambientales, igual que también ocurre en el caso de las enfermedades raras de la piel.

Consejos para cuidar la piel atópica

La piel o dermatitis atópica de momento no tiene una cura definitiva, aunque, como explicamos previamente, en la mayoría de los casos sus síntomas van aminorando en la transición de la niñez a la edad adulta.

Si se padece esta enfermedad es importante tomar las siguientes medidas para evitar en la medida de lo posible la aparición de los brotes:

  • Mantener la piel hidratada mediante el uso de cremas específicamente formuladas para pieles atópicas.
  • Elegir prendas de ropa fabricadas con tejidos naturales como el algodón o el lino.
  • Evitar las temperaturas extremas de frío o de calor.
  • Usar protector solar todo el año es muy importante para evitar la exposición a los rayos ultravioleta.
  • Utilizar agua tibia en las duchas y no prolongarlas más de 10 minutos. 
  • No abusar de calefacciones o aires acondicionados. 
  • Evitar situaciones de estrés emocional. 

Si los brotes siguen apareciendo a pesar de los cuidados, es probable que tu médico te prescriba un tratamiento con corticoides, que mitigan la inflamación, disminuyendo el prurito, el rascado y la irritación cutánea, lo que ayuda a restablecer la estructura de la piel. 

Conclusión

Esperamos que este artículo te haya resultado interesante y, si tú o algún familiar cercano presentáis dermatitis atópica, te sean útiles los consejos para prevenir la aparición de los brotes. Aunque por el momento no hay cura, cuidar la piel es muy importante para evitar que la enfermedad vaya a más. Como has podido ver, en el desarrollo de la piel atópica intervienen múltiples factores como los ambientales y genéticos. 

Esperamos que te haya gustado el artículo, y como siempre, desde Veritas, te animamos a tener un cuidado proactivo de tu salud. Si quieres conocer cómo podemos ayudarte en el ámbito de la prevención en salud visita nuestra web.

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